miércoles, 11 de mayo de 2016

Cómo tomar las riendas de nuestra alimentación (y no morir en el intento)

Muchas veces, la dificultad para llegar a una alimentación consciente viene dada por el lado de las restricciones. Es muy común que en nuestra batalla por perder / mantener nuestro peso, eliminemos por completo ciertos alimentos hipercalóricos como los dulces y los carbohidratos. El problema es que, mientras mantengamos esa “lista de indeseados”, lo único que lograremos es pensar más y más en ellos. Las reservas impuestas al placer, incitan el placer de vivir sin reservas. Entonces, la alternativa es aprender a manejar la ansiedad y empezar a relacionarse con aquellos alimentos “prohibidos” de un modo más sano.
Si tu perdición son los chocolates, entonces compra el que más te guste y aprende a reservarlo para aquel momento en que tu cuerpo realmente te lo pida. La certeza de que podrás comer aquello que te produce placer cada vez que sientas muchos deseos de hacerlo (siempre en porciones razonables), hará que bajes tu grado de ansiedad y puedas empezar a tomar el control sobre tu ingesta diaria. Encuentra en nuestro blog maneras de relacionarte con esos alimentos “prohibidos”.
Debemos entender que nuestro cuerpo es sabio, más sabio que cualquier dieta milagrosa de moda. Nadie más que él sabe cuándo, qué y cuánto comer. Sin embargo, a causa del bombardeo constante de información respecto a qué comer y qué evitar (en qué horarios y cuántas veces por día/semana/mes), dejamos de prestarle atención a las señales que nos envía. Para alcanzar una dieta consciente, es fundamental volver a sintonizar con nuestro cuerpo. Aquí te desvelamos algunos consejos para ello.
Durante dos días, come sólo cuando sientas hambre. Acepta el reto de alimentarte únicamente cuando tu cuerpo te lo pida. Estamos tan acostumbrados a comer a determinadas horas del día, que ignoramos por completo las señales de nuestro organismo. A veces incluso, olvidamos lo que implica sentir hambre. Haz el intento durante dos días de comer únicamente cuando te sientas verdaderamente hambriento (y no cuando te encuentres aburrido).
Finalmente, para ganar esta batalla, debes estudiar tu cuerpo. A no todas las personas la comida les sienta de la misma forma. Es fundamental que descubras cuáles son los alimentos que te producen mayor placer, cuáles menos, cuáles son aquellos que te dan energía y cuáles te la quitan. Si estás permanentemente buscando alternativas a tu comida bajas en calorías todos los días, entonces no estás obteniendo el suficiente placer en tu ingesta diaria.
Fuente: http://blogfitness.gymcompany.es

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